El análisis económico de las operaciones con abrasivos puede basarse en la relación : Vida del abrasivo / Tasa de remoción conseguida. Desgraciadamente este criterio de búsqueda de mejora en la rentabilidad de operación no siempre es entendida ni atendida por el usuario que, en muchos casos, sólo aplica el de “compra de menor precio ” , cosa bastante distinta. Pese a que debido a la complejidad del proceso de corte con abrasivos rígidos, es muy difícil considerar y resumir a la vez todos los factores que influyen en una operación de amolado , es posible hacer una aproximación a los aspectos económicos de la operación usando el ratio arriba mencionado, que en definitiva, no es más que una forma de Lote Económico, definido, ya hace muchos años por la fórmula de Taylor.
 
El enfoque del presente artículo, está orientado hacia las operaciones de desbaste y corte, con discos Tipo 27, 41 y 42, principalmente, aunque los comentarios pueden ser extrapolados a diversos tipos de operación con abrasivos. Por ello daremos una breve descripción técnica de las variables que intervienen en este tipo de mecanizado.
 
Características de la operación
 
Desde un punto de vista operativo, el objeto principal de las operaciones de Desbaste / Corte se podrían definir con estas dos expresiones :
 
  1. Remover la mayor cantidad de material posible en el mínimo tiempo y
  2. Acabado superficial sin exigencias.
y los cuatro factores que afectan al rendimiento dependen del comportamiento de las muelas y discos, frente a:
 
  1. Calor
  2. Reavivado
  3. Presión
  4. Impacto

Calor
 
El calor generado, es eliminado en gran parte por las virutas y en cantidades mucho menores, absorbido por la pieza y los propios granos abrasivos.
 
Las formas de las virutas arrancadas tienen, en general, formas definidas entre las que podemos encontrar facilmente la viruta de perfil fino y alargado con una pequeña esfera en un extremo, que atestigua la alta temperatura generada durante el arranque de aquella. La generación excesiva de calor hará que la muela se desgaste con mayor rapidez de la deseada o, dicho de otra forma, el aumento de temperatura degradará, a mayor velocidad, la capacidad del aglomerante para mantener unidos a los granos abrasivos.

Conociendo y controlando las condiciones de trabajo, es posible dentro de ciertos límites, evitar este inconveniente .
 
Se producirá calor en exceso cuando se presente alguna de las situaciones o casos siguientes:

  1. La muela sea muy dura.
  2. Presión de trabajo débil.
  3. Una muela de espesor mucho mayor que el tamaño de la rebarba
  4. Velocidad excesivamente baja.
  5. Tiempo de contacto excesivo.
  6. Potencia de motor muy baja.

Reavivado
 
La distintos tipos de pieza determinan una gran variedad de áreas de contacto, y los tipos de rebarbas determinan, en parte, las características de autoafilado durante el proceso: las rebarbas puntiagudas y finas mantendrán la superficie de la muela abierta; si la rebarba es más plana o compacta no actuará como “reavivador” con lo que la muela se comportará como “dura” ( bajo poder de corte ) y será necesario reavivar con mayor frecuencia .... .o utilizar muelas más blandas.
 
En desbaste con portátil, se “reaviva” dando algunos golpes con la máquina en marcha, sobre la pieza... esta práctica muy corriente no es aconsejable en absoluto. Puede modificarse el ángulo de incidencia, lo que ayudará al desgaste uniforme de las telas de refuerzo, pero no debe golpearse el disco!
 
Para una operación de la que se posea suficiente información, será más fácil especificar unas características del disco o muela y, consecuentemente, el número de reavivados será bajo pudiendo, incluso, llegar a suprimirlos.
 
Presión
 
La presión ejercida sobre la muela por la pieza, aparece como el elemento más facilmente asociable al desgaste de la muela.
 
Es importante analizar y definir niveles de variaciones de presión debido a:
 
  1. Selección del tipo de abrasivo (Presiones altas requieren abrasivos muy resistentes, más que duros, tenaces).
  2. Tamaño del grano abrasivo (Presiones altas precisan granulometrías bastas).
  3. Dureza del disco o muela.

La Potencia requerida para la operación es función de:
 
Presión y Velocidad Periférica, relación que expresamos por:
 


en la que W es potencia , P es presión y Vp es velocidad periférica.
 
Nótese que si aumentamos la P manteniendo constante Vp, será necesaria una mayor potencia W.
 
Impacto
 
Los impactos pueden ser causados por el equipamiento ( máquina y sus accesorios ) por las propias piezas y por la forma de trabajo del operario. Máquinas viejas o de poco peso, o con una incorrecta fijación pueden presentar diversos niveles de vibración. Cuanto mayor fuese la amplitud y frecuencia de la vibración más rápido será el desgaste de la muela. En estos casos, es frecuente que el operario, utilizando una técnica incorrecta ( ya comentada antes ) intente obtener un mejor arranque de material, por un "reavivado" de la muela mediante el impacto de la pieza contra la misma.

Es necesario recordar nuevamente que una muela especificada correctamente y usada correctamente, debe presentar un comportamiento uniforme y regular en el corte, sin necesidad de excesivos reavivados.
 
Otra cosa muy distinta, es utilizar distintas zonas de la periferia de la muela, para conseguir un desgaste uniforme, evitando los surcos o perfiles biselados.
 
Sobre el desgaste del Disco o muela
 
Se acostumbra a asimilar el proceso de mecanizado con muela, al que se produce en una operación de fresado o de torneado con una herramienta metálica. Sin embargo, esto es cierto únicamente hasta cierto punto. Hay una diferencia primera y es que el tamaño de las partículas arrancadas es mucho más pequeño que el conseguido con los otros procesos mencionados y las diferencias entre procesos se hacen mucho mayores cuando se consideran las velocidades que afectan a las distintas formas de mecanizado.
 
En operaciones de desbaste los elementos cortantes es decir, los granos abrasivos, se desplazan a unas velocidades que normalmente son de 10 a 20 veces superiores a las velocidades usadas con las herramientas de punta única o herramientas metálicas utilizadas en los procesos mencionados. A estas velocidades, las temperaturas generadas alcanzan las de fusión del metal que se está mecanizando.
 
A estas altas temperaturas, se producen reacciones químicas por interacción entre el abrasivo / material de la pieza / atmósfera o medio circundante, de una forma muy rápida, lo que provoca un embotamiento del grano abrasivo. Dicho de otra forma, hace que el grano abrasivo pierda su poder de corte, como consecuencia de este fenómeno.
 
Esta es la explicación del por qué algunos tipos de abrasivo no son capaces, a pesar de su dureza, de realizar el trabajo correctamente. Hay casos conocidos, como por ejemplo el Oxido de Aluminio para el trabajo sobre vidrio o el Carburo de Silicio con el acero. En el primer caso, el Oxido de Aluminio sufre un ataque químico, por el vidrio, desgastándose rapidamente. En el segundo caso el Silicio y el Carbono del abrasivo reaccionan con el hierro para formar Carburos y Siliciuros ( muy duros ) que degradan el poder del corte del Carburo de Silicio.
 
Otro proceso destructivo está relacionado con la fractura del grano abrasivo en sí mismo y del material aglomerante. Esto se produce por los efectos mecánicos de golpeo de los fragmentos de abrasivo presentes en el área de contacto entre la muela y la pieza. En grandes áreas de contacto ( tronzado de grandes perfiles ) este efecto es muy activo.
 
Por lo tanto, debemos considerar que durante el amolado, la operación queda sujeta a dos tipos generales de desgaste, uno de los cuáles es mecánico y el otro es químico en su naturaleza y están los dos relacionados , de forma tal , que el primero es necesario, porque el segundo existe.
 
Al segundo se le denomina usualmente, desgaste de dilución.
 
Estos dos procesos de desgaste tienen lugar simultáneamente en cualquier tipo de proceso de amolado: desbaste, corte o rectificado.

El proceso de desgaste mecánico, es un mecanismo de rotura, por el que la muela se “autoreaviva” constantemente , para mantener su poder de corte, mientras que el desgaste por dilución, tiende a “embotar “ y , por lo tanto, disminuir la tasa de arranque.
 
El proceso de dilución afecta exclusivamente al grano abrasivo mientras que el de fractura, afecta a la estructura de la muela.
 
La situación ideal es aquella en la que se consigue un balance entre ambos, de forma que el desgaste mecánico, compense al químico.
 
Sin embargo, esto no es siempre posible. En muchas ocasiones durante el desbaste con máquina portátil ( y mucho más en máquinas de Pedestal ) la fuerza manual ejercida, es demasiado débil, para producir suficiente cantidad de fracturas y superar el desgaste por dilución . Entonces la muela se embota y debe ser constantemente reavivada, para restaurar su poder cortante.
 
La tasa de desgaste de dilución viene determinada por la naturaleza química del abrasivo y la del metal que está siendo amolado y tiene un valor definido para cada par metal-abrasivo.
 
Las consideraciones económicas de la operación
 
Para nuestra explicación vamos a denominar "a" al desgaste por dilución. Cuando "a" es 0, no hay desgaste por dilución . Esto quiere decir que bajo unas condiciones de velocidad constante de la muela Vp y una fuerza constante entre la muela y la pieza , que denominaremos P todas las muelas, independiente de la dureza, arrancaran material, a una tasa que llamaremos "m", que será igual para todas. Sin embargo "a" no es nunca 0 y el desgaste por dilución siempre aparece en un nivel suficientemente significativo. Dado que las muelas duras se desgastan por fractura a una tasa menor que las muelas blandas, cada grano abrasivo en una muela dura se mantendrá más tiempo en la superficie de la muela y por lo tanto quedará sujeto a un desgaste por dilución, también, durante más tiempo.
 
El “ grano medio” , en la superficie de una muela dura se comportará, por lo tanto, de una forma más "embotada" que un grano en la misma situación pero en una muela blanda. Consecuentemente bajo condiciones en las cuales P y Vp son constantes, la muela dura arrancará material a menor tasa horaria que una muela blanda, que se desgasta más rápidamente.
 
Esta idea se puede ver mejor con la ayuda de los gráficos Fig.2 y Fig.3 , que acompañamos. En la Fig.2, en la que la tasa de arranque m está contrastada con el desgaste de la muela w podemos observar que en una muela que fuese fabricada sin posibilidades de desgaste por fractura, la tasa de arranque sería 0 y, en este caso, la cara de trabajo de la muela quedaría pulida casi como un espejo por el desgaste de dilución. Por el contrario, si el desgaste de fractura es tan grande que el desgaste por dilución es despreciable se observa, que mayores incrementos en el desgaste por fractura van a contribuir muy poco a la mejora de la tasa de arranque , y la curva se estabilizará, tal como indica la Fig.2.
 

Fig.2 Evolución del desgaste por fractura

Esto se puede representar mediante la ecuación :
 
m = k PV w / ( a + w ) [1]
 
siendo,
 
k: constante dependiente del material;
m: tasa de arranque en dm3 / h
P: fuerza en kg y
V: velocidad periférica en m / s ;
a y w: desgastes por dilución y por fractura
 
El Coste/hora de amolado será la suma de los costes : disco o muela, Mano de Obra y gastos generales, G en E / hora, que dividido por, m, material arrancado dm3/ hora nos dará el coste de arranque Z , siendo A el coste de abrasivo en E / dm3.
 
Z = ( A w + G ) / m [2]
 
Ahora, si el valor de m de la ecuación [1] es sustituido en la [2] resulta :
 
Z = ( A w + G ) ( a + w ) / kPVw = 1 / KPV ( aA + Aw + (aG / w) + G ) [3]
 
y si esta fórmula de coste la representamos en un gráfico, como función de w bajo las condiciones de P y V constantes, el resultado es una curva como la mostrada en la Fig.3, en la que se muestra que existe un nivel de desgaste de muela/disco, para el que el coste es mínimo.
 

Fig.3 Coste mínimo
 
Este coste mínimo, demuestra la necesidad del ajuste de la dureza del cuerpo abrasivo.
 
Al propio tiempo, de la ecuación [3] se puede concluir que esta tasa de desgaste debe ser
 

( a : desgaste por dilución )
 
de forma a obtener el mínimo coste, independientemente de la Velocidad de trabajo o de fuera usada en la operación. Discos / muelas más duras, desgastándose más len-tamente que ese valor, producen menor remoción de material y elevan el Coste G, mientras que si aquellos son más blandos, el Coste que se eleva es el del propio disco / muela.
 
Dado que los valores de los Costes ( G y A ) son conocidos para la operación, sólo queda conocer a para el cálculo del Mínimo Coste.

Esto se puede representar mediante la ecuación :
 
m = k PV w / ( a + w ) [1]
 
siendo,
 
k: constante dependiente del material;
m: tasa de arranque en dm3 / h
P: fuerza en kg y
V: velocidad periférica en m / s ;
a y w: desgastes por dilución y por fractura
 
El Coste/hora de amolado será la suma de los costes : disco o muela, Mano de Obra y gastos generales, G en E / hora, que dividido por, m, material arrancado dm3/ hora nos dará el coste de arranque Z , siendo A el coste de abrasivo en E / dm3.
 
Z = ( A w + G ) / m [2]
 
Ahora, si el valor de m de la ecuación [1] es sustituido en la [2] resulta :
 
Z = ( A w + G ) ( a + w ) / kPVw = 1 / KPV ( aA + Aw + (aG / w) + G ) [3]
 
y si esta fórmula de coste la representamos en un gráfico, como función de w bajo las condiciones de P y V constantes, el resultado es una curva como la mostrada en la Fig.3, en la que se muestra que existe un nivel de desgaste de muela/disco, para el que el coste es mínimo.
 

Fig.3 Coste mínimo
 
Este coste mínimo, demuestra la necesidad del ajuste de la dureza del cuerpo abrasivo.
 
Al propio tiempo, de la ecuación [3] se puede concluir que esta tasa de desgaste debe ser
 

( a : desgaste por dilución )
 
de forma a obtener el mínimo coste, independientemente de la Velocidad de trabajo o de fuera usada en la operación. Discos / muelas más duras, desgastándose más len-tamente que ese valor, producen menor remoción de material y elevan el Coste G, mientras que si aquellos son más blandos, el Coste que se eleva es el del propio disco / muela.
 
Dado que los valores de los Costes ( G y A ) son conocidos para la operación, sólo queda conocer a para el cálculo del Mínimo Coste.

Calcular el Area cortada de material (AM)
 
Dividir AM por (AIAF ) y tendremos el Area cortada por unidad de superficie del disco.
 
Para el cálculo del coste, dividir el coste del disco por el número de cortes realizados.
 
En la Tabla I sugerimos unas casillas que puede servir para efectuar estudios comparativos:
 

 
Operación de Desbaste
 
La eficiencia de corte corresponde a la tasa de remoción por unidad de tiempo, es decir, a la velocidad de corte. El ratio G (Grinding ratio) corresponde al rendimiento total de remoción del disco, es decir, peso de material removido dividido por peso de disco usado, aunque debe señalarse que, técnicamente, el ratio debería ser entre los volúmenes y no entre pesos para poder efectuar comparaciones más fiables entre distintos tipos de discos, pero desde un punto de vista práctico, es más fácil y suficientemente fiable, emplear los pesos.
 
Para el cálculo del ratio G, en peso, se procede a pesar un disco nuevo y la pieza de de material trabajar. Se desbasta durante un período de tiempo determinado .

A continuación se vuelven a pesar disco y pieza, calculando las pérdidas de peso de ambos. Se divide el peso de material perdido o arrancado de la pieza por el propio del disco. El valor hallado corresponde al ratio G. A mayor valor de G mejor rendimiento del Disco.
 
Para medir la eficiencia se divide el peso perdido o arrancado de la pieza por el tiempo de trabajo ( puede ser un período entre 10 y 30 minutos ).